Como admitía el propio técnico chileno tras la debacle en Bilbao, existe la posibilidad de que la solución pase por un cambio de sistema para fortalecer su zaga, como ya hiciera Setién en su momento. Hasta ahora, el 4-2-3-1, con la variante más ofensiva aún del 4-1-4-1, ha sido un dibujo intocable para el preparador del Betis, que trabajó sobre esa fórmula en una ilusionante pretemporada y tuvo su premio con un arranque liguero que dejó dos victorias con la portería a cero.

Pero cuando han llegado rivales de más entidad, ha vuelto a florecer la endeblez defensiva de un equipo que confía demasiado en su talento ofensivo, de ahí que Pellegrini medite instaurar un sistema con tres centrales y dos carrileros ofensivos, teniendo los mimbres justos disponibles para el eje: Bartra, Sidnei y Víctor Ruiz, pues Mandi es baja por coronavirus.

Ese sistema, además, le daría la posibilidad de poner en liza a dos delanteros, pero también le podría obligar a sacrificar a un jugador como Tello, que está siendo de los más resolutivos del equipo, a no ser que le dé todo el carril para él o lo acople a jugar por dentro.

Otra posibilidad, además del cambio de sistema, pasa por introducir jugadores que aporten mayor sacrificio, como es el caso de Andrés Guardado, que ya jugó casi media hora ante el Athletic, una vez recuperado de sus molestias, y podría aportar un extra de trabajo en el doble pivote junto al indiscutible Guido Rodríguez, en detrimento de un Carvalho que tiende más a descolgarse para aparecer arriba.

Se apunta, incluso, la posibilidad de que Pellegrini busque tapar vías de acceso hacia su meta doblando el lateral zurdo, juntando al casi inédito Miranda con Álex Moreno en ese costado. Una alternativa que supondría un posible apoyo para el ex del Rayo, que al igual que Emerson presenta una clara vocación ofensiva y en ocasiones echa en falta mayores ayudas para tapar su banda

Fuente: Estadio Deportivo