Hace una semana se producía la que probablemente ha sido la lesión más cantada de los últimos tiempos de un jugador del Sevilla. Jesús Navas, tras su enésima cabalgada por la banda derecha, se echó la mano al muslo derecho tras intentar un pase. Fue atendido en la banda contraria a los banquillos mientras Lopetegui se desgañitaba intentando preguntarle si podía seguir. Las imágenes indicaban claramente que no era posible, pero el campeón del mundo aguantó sobre el césped hasta el descanso, cuando fue sustituido perdiéndose sus primeros minutos en la Liga.

Una semana después, aún no se ha hecho público el diagnóstico de la lesión que sufre Jesús Navas, por lo que su periodo de recuperación o posibilidad de participación en la vuelta de la competición el próximo fin de semana son incógnitas por resolver. La única comunicación oficial del club se produjo a principios de semana, en una escueta nota de prensa en la que se indicaba que Jesús Navas aún estaba pendiente de pruebas. En la misma información, en cambio, sí se detallaba algo más que Acuña, también lesionado ante Osasuna, sufría una dolencia muscular y que estaba a la espera de evolución.

Sea como fuere, el secretismo invita a pensar que Jesús Navas tiene muy complicado llegar al partido del próximo sábado ante el Celta. Esto, unido a la sanción que Navas arrastra en la Champions League por su expulsión ante el Krasnodar, provocaría que el palaciego se perdiera dos partidos seguidos por primera vez en casi dos años

Fuente: AS